Menorca recuperó ayer a lo grande la conexión directa con Madrid tras tres meses de travesía del desierto que han dejado huella tanto en la actividad económica y social de los menorquines como en el negocio turístico. Los vuelos inaugurales de las compañías de bajo coste Iberia Express y Ryanair aterrizaron por la mañana con una ocupación superior al 91% de la capacidad de los aviones que, como es ya tradicional, fueron recibidos por las autoridades y bañados en un arco de agua. Se recuperó la conexión, ahora toca mantenerla.
A las 11.25, con ocho minutos de antelación, tomaba tierra el primer vuelo de Ryanair procedente de la capital. Por la puerta delantera del Boing 737 800 con capacidad para 189 pasajeros salieron 167. Eran los primeros en llegar directamente de Madrid desde que a finales de enero desapareciese Spanair. Tres horas antes, tocaba tierra menorquina el primer avión de la compañía irlandesa de bajo coste. Lo hacía sin hacer ruido, sin la presencia de ninguna autoridad, pero con la mayoritaria satisfacción de un pasaje encantado con poder volver a Menorca a precio razonable.
Nada que ver con la llegada del primer vuelo de Iberia Express, un Airbus A320 con capacidad para 187 pasajeros (ocupado por 177) al que esperaban autoridades políticas y empresariales que se movieron ayer entre la alegría y la insatisfacción. Así lo reflejó el presidente del Consell, Santiago Tadeo, quien a pie de pista aseguró que «hay que seguir trabajando para que esto siga fuera de temporada y mirar de reactivar la economía para generar más demanda».
Minutos antes el director financiero de la filial de Iberia explicaba que «seguramente» las operaciones seguirán más allá de octubre, aunque con toda la prudencia del mundo. En «fase de estudio», la posibilidad deberá esperar a que se concreten las programaciones invernales. Antes, a medida que se acerque el verano, la compañía tiene previsto incrementar paulatinamente las frecuencias de las dos semanales de la actualidad hasta el vuelo diario previsto a partir del mes de agosto.
Por su parte el vicepresidente de CAEB y presidente de los hoteleros menorquines, Joan Melis, ponía el dedo en la llaga al asegurar que «ahora toca llenar los aviones para que quieran seguir viniendo». La cancelación de reservas hoteleras confirmadas en un momento tan delicado ha supuesto un duro golpe para el sector turístico: «Los hoteleros que han abierto este invierno lo han pasado peor que nunca». Un mazazo para la principal actividad económica de una Isla que, como Melis, espera que «esto no vuelva a ocurrir».